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Aristoteles, democracia, Gobierno, oligarquia, Tiranía, utopia
El séptimo Libro, se titula “De la organización del poder en la democracia y en la oligarquía”, menciona que de la organización del poder en la democracia, Hemos enumerado los diversos aspectos bajo los cuales se presentan en el Estado la asamblea deliberante, o sea el soberano, las magistraturas y los tribunales; hemos demostrado cómo la organización de se modifica según los principios mismos de la constitución.
Existen dos causas de las variedades de democracia:
- La variedad de las clases que la componen, es decir la diferencia de sus componentes
- Las instituciones que se derivan del principio democrático y que parecen una consecuencia peculiar de los mismos.
El principio del gobierno democrático es la libertad. Por ser el fin constante de toda democracia; sus características son:
- la alternativa en el mando y en la obediencia.
- la multitud debe ser necesariamente soberana,
- las decisiones de la mayoría deben ser la ley definitiva;
- parte del principio de que todos los ciudadanos deben ser iguales.
- la facultad que tiene cada uno de vivir como le agrade,
Las únicas combinaciones de que es susceptible son las siguientes:
- Todos los ciudadanos deben ser electores y elegibles.
- Todos deben mandar a cada uno y cada uno a todos, alternativamente.
- Todos los cargos deben proveerse por suerte, por
- No debe exigirse ninguna condición de riqueza,
- Nadie debe ejercer dos veces el mismo cargo,
- Los empleos deben ser de corta duración,
Todos los ciudadanos deben ser jueces en todos, o casi todos los asuntos.
Si los caracteres de la oligarquía son el nacimiento ilustre, la riqueza y la instrucción, los de la democracia serán el nacimiento humilde, la pobreza, el ejercicio un oficio.
Es preciso cuidarse mucho de no crear ningún cargo vitalicio; y si alguna magistratura antigua ha conservado este privilegio en medio de la revolución democrática, es preciso limitar sus poderes y conferirla por suerte en lugar de hacerlo por elección.
Los principios oligárquicos conducen derechamente a la tiranía; porque si un individuo es más rico por sí solo que todos los demás ricos juntos.
Los principios democráticos conducen derechamente a la injusticia; porque la mayoría, soberana a causa del número, se repartirá bien pronto los bienes de los ricos.
La clase más propia para el sistema democrático es la de los labradores y los agricultores; y así la democracia se establece dondequiera que la mayoría vive de la agricultura y de la cría de ganados. Como no es muy rica, trabaja incesantemente y no puede reunirse sino raras veces. Trabajar vale más que gobernar y mandar allí donde el gobierno, se hace rápidamente fortuna, o por lo menos se evita la miseria.
El simple derecho de elegir los magistrados y de intervenir en las cuentas basta para satisfacer la ambición de los que pueden tenerla, puesto que en más de una democracia, la mayoría, sin tomar parte en la elección de los jefes y dejando el ejercicio de este derecho a algunos electores tomados de la masa de ciudadanos, de esta manera, el poder pasa siempre a las manos de los más dignos.
De la organización del poder en las Oligarquías:
La primera y más templada forma de oligarquía guarda afinidad con la llamada república, discriminándose unas menores, dónde los titulares han de participar en las magistraturas necesarias, y mayores para los titulares de las más importantes. En cuanto a la forma opuesta a la democracia extrema , o sea la más democrática y tiránica de las oligarquías, justo por ser la peor es la que requiere mayor vigilancia, así las peores entre las repúblicas son las que necesitan mayor cuidado, la oligarquía no puede manifiestamente alcanzar su seguridad sino por el buen orden.
Son cuatro las partes del pueblo:
- campesinos,
- artesanos,
- comerciantes
- jornaleros;
Son cuatro también los elementos necesarios en la guerra:
- caballería,
- infantería pesada,
- infantería ligera
- fuerza naval.
Las más altas magistraturas debe serles inherentes la prestación de costosos servicios públicos, a fin de que el pueblo se abstenga voluntariamente de participar en ellas y no tenga resentimientos hacia la clase gobernante, por esto, al tomar posesión de su cargo ofrezcan sacrificios magníficos o construyan algún edificio público, para que el pueblo vea con agrado la permanencia del régimen. Pero no es esto lo que hacen los oligarcas, ya que buscan no menos el lujo que el honor, de aquí que puedan llamarse democracias en miniatura.
No hay ninguna ciudad que pueda existir sin las magistraturas necesarias y ninguna que pueda administrarse bien sin aquellas que atiendan al buen orden y a la armonía. En las ciudades pequeñas debe haber menos magistraturas y en las grandes más.
- Magistratura Urbana, vigilara el mercado, y los servicios públicos y privados a fin de que guarden buen aspecto y se conserven o se reparen la infraestructura.
- La Magistratura de la tesorería, donde se guardan y distribuyen entre los diversos departamentos administrativos.
- La magistratura de justicia, quizás más difícil de todas es la que tiene que ver con la aplicación de las penas a los condenados y la custodia de los presos, esta se dividirá en dos, una que dicte sentencia y otra que haga el resguardo.
- Magistratura de la vigilancia de la ciudad y las funciones militares.
- Magistratura para el manejo de los fondos públicos,
- Magistratura que tome razón de las cuentas y las depure, a éstos se los llama auditores, contralores, revisores o procuradores fiscales.
- Magistratura para el culto divino, como los sacerdotes, los encargados de la conservación de los templos y la reparación de los que amenazan en ruinas y de todo lo demás que se ordena al servicio de los dioses
- Las magistraturas que en algunas ciudades supervisan la elección de supremos: la de los Guardianes de la Ley, las Comisiones Consultivas, y el Consejo.
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El último libro de la obra de Aristóteles, titulado “Teoría general de las revoluciones”.
Procedimientos de las revoluciones:
Las revoluciones proceden empleando la violencia y la astucia.
La primera causa de estos movimientos ha de ser atribuida a la diversidad de constituciones:
Todos los sistemas políticos, por diversos que sean, reconocen ciertos derechos y una igualdad proporcional entre los ciudadanos, pero todos en la práctica se separan de esta doctrina, es decir, todos los sistemas, a pesar de aparentar ser justos en el fondo, son radicalmente falsos en la práctica:
La demagogia ha nacido casi siempre del empeño de hacer absoluta y general una igualdad que sólo era real y positiva en ciertos conceptos; porque todos son igualmente libres se ha creído que debían serlo de una manera absoluta.
La oligarquía ha nacido del empeño de hacer absoluta y general una desigualdad que sólo es real y positiva en ciertos conceptos, porque siendo los hombres desiguales en fortuna han supuesto que deben serlo en todas las demás cosas y sin limitación alguna.
“El derecho de insurrección a nadie debería pertenecer con más legitimidad que a los ciudadanos de mérito superior, aunque jamás usen de este derecho; realmente, la desigualdad absoluta sólo es racional respecto a ellos”.
La revolución naciente de la virtud está encaminada a 2 principios:
- Cambio de la agrupación política, es decir para reemplazar la constitución existente con otra
- Como método de cambio de gobernante, conservando la estructura establecida. (la más común)
Es peligroso pretender constituir la igualdad real o proporcional con todas sus consecuencias, pues los gobiernos basados en ella jamás son sólidos, porque es eminente que el error que se cometió en un principio produzca a la larga un resultado funesto. Lo más prudente es combinar la igualdad relativa al número con la igualdad relativa al mérito.
Existen tres principales factores que causan las revoluciones:
- La disposición moral de los que se rebelan,
- El fin de la insurrección
- Las circunstancias determinantes que producen la turbación y la discordia entre los ciudadanos.
Pero hemos de tener en cuenta que los ciudadanos se sublevan, ya en defensa de la igualdad, cuando no tienen más derechos que los demás, o sólo los tienen iguales, o acaso menos extensos. Su propósito, es alcanzar fortuna y honores, o también evitar la oscuridad y la miseria.
A estas dos primeras causas puede unirse:
- El insulto, Cuando los que gobiernan son insolentes y codiciosos,
- El miedo, se rebelan por temor al castigo o para evitar un atentado.
- La superioridad, cuando hay una influencia preponderante, sea de un solo individuo.
- El desprecio, cuando la mayoría excluida de todos los cargos públicos reconoce la superioridad de sus propias fuerzas; y en la democracia, cuando los ricos se sublevan a causa del desdén que les inspiran los tumultos populares y la anarquía.
- El acrecentamiento desproporcionado de algunas parcialidades de la ciudad. cuando el número de los ricos crece y las fortunas aumentan, la democracia puede degenerar en oligarquía violenta o templada.
- Las cábalas, basta para producir, hasta sin movimientos tumultuosos, el cambio de la constitución.
- La negligencia, cuando llega hasta tal punto que se deja ir el poder a manos de los enemigos del Estado.
- Las causas imperceptibles. producto de circunstancias enteramente eventuales como resultado de pequeños cambios;
- La posición topográfica basta a veces por sí sola para provocar una revolución.
La diversidad de origen puede producir también revoluciones hasta tanto que la mezcla de las razas sea completa; porque el Estado no puede formarse con cualquier gente, como no puede formarse en una circunstancia cualquiera.
El verdadero objeto de las revoluciones es siempre muy importante, las cosas más pequeñas, cuando afectan a los jefes del Estado, son quizá de la mayor gravedad.
Para ocasionar una revolución que convierta el gobierno en una oligarquía, en una democracia o en una república, basta que se concedan honores o atribuciones exageradas a cualquier magistratura o a cualquier clase de Estado.
Es también origen de revoluciones la misma igualdad de fuerzas entre las partes del Estado, que parecen entre sí enemigas; por ejemplo, entre los ricos y los pobres, cuando no hay entre ellos una clase media.
En la democracia las revoluciones nacen principalmente del carácter turbulento de los demagogos quienes con sus perpetuas denuncias obligan a los ricos a reunirse para conspirar, porque el común peligro aproxima a los que son más enemigos; y cuando se trata de asuntos públicos, procuran arrastrar a la multitud a la sublevación.
En las oligarquías, las causas más ostensibles de trastorno son dos:
- la opresión de las clases inferiores, que aceptan entonces al primer defensor, cualquiera que él sea, que se presente en su auxilio;
- el jefe del movimiento sale de las filas mismas de la oligarquía.
En cuanto a las causas exteriores que derrocan la oligarquía, pueden ser muy diversas:
- Se produce el cambio, cuando la dirección de los negocios está concentrada en pocas manos,
- el carácter turbulento de los oligarcas, quien se vuelve demagogo.
- la mala conducta de los oligarcas, que han dilapidado su propia fortuna en medio de sus excesos. Una vez arruinados, sólo piensan en la revolución, y entonces, o se apoderan por sí mismos de la tiranía,
- Cuando dentro de sí, nace otra oligarquía.
- a causa del exceso de su propio despotismo
Estas ocurrirán cuando la oligarquía se encuentre en guerra (por como se debilita el aparato Estatal) o en paz (por la desconfianza que se inspiran o encomiendan la guarda de la ciudad a soldados).
Las revoluciones en las aristocracias, surgen por:
- las funciones públicas son patrimonio de una minoría demasiado reducida. El género de revolución de que hablamos se produce necesariamente sobre todo en tres casos.
- cuando está excluida del gobierno una masa de ciudadanos, los cuales, en su altivez, se consideran iguales en mérito a todos los que le rodean
- cuando hombres eminentes y que a nadie ceden en mérito se ven ultrajados por gentes colocadas por cima de ellos
- cuando se excluye de todos los cargos a un hombre de corazón.
- Nace de la miseria extrema de los unos y de la opulencia excesiva de los otros; y estas son consecuencias bastante frecuentes de la guerra.
- Porque hay algún ciudadano que es poderoso, y que pretende hacerse más con el fin de apoderarse del gobierno para sí solo.
- la infracción del derecho político, consagrado en la misma constitución.
Las revoluciones que se realizan en las aristocracias, ocurren desde adentro, sin que nadie se aperciba de ello y mediante una destrucción lenta e insensible. Se comienza por despreciar un punto de la constitución, que al parecer no tiene importancia; después se llega con menos dificultad a mudar otro, que es un poco más grave; hasta que por último se llega a mudar su mismo principio y por entero.
Sobre los medios generales de conservación y de prosperidad en los Estados democráticos, oligárquicos y aristocráticos, señala:
- En todos los Estados bien constituidos, lo primero de que debe cuidarse es de no derogar ni en lo más mínimo la ley, y evitar con el más escrupuloso esmero el atentar contra ella ni en poco ni en mucho.
- Es necesario no fiarse de estos ardides y sofismas que se urden contra el pueblo; la duración demasiado prolongada del poder es únicamente la que causa la tiranía en los Estados oligárquicos y democráticos.
- Los Estados se conservan porque las causas de destrucción están distantes o porque son inminentes; entonces el miedo obliga a ocuparse con doble solicitud del despacho de los negocios públicos.
- Para impedir en la oligarquía y en la república las revoluciones que la cuantía del censo puede producir, conviene revisar las cuotas comparándolas con las del pasado todos los años en los Estados en que el censo es anual, y cada tres o cinco en los grandes Estados. Si las rentas se han aumentado o disminuido comparativamente a las que han servido primero de base a la concesión de derechos políticos, y cerciorarse del nivel que tenga la riqueza pública,
- En todo gobierno, es importante cuidar de que no surja en el Estado alguna superioridad desproporcionada; así como dar a los cargos públicos poca importancia y mucha duración más bien que conferirles de golpe una autoridad muy extensa; porque el poder es corruptor, y no todos los hombres son capaces de mantenerse puros en medio de la prosperidad.
- Es preciso que, valiéndose de la legislación o cualquier otro medio poderoso, se impida que los cargos públicos enriquezcan a los que los ocupan, ya que masa de los ciudadanos no irrita tanto el verse excluida de los empleos, como le indigna el pensar que los magistrados puedan robar los caudales públicos, porque entonces tienen un doble motivo de queja, para ello, es necesario la rendición de cuentas en presencia de los ciudadanos.
- Es necesario reconocer un derecho igual a todos aquellos empleos que no son de suma importancia en el Estado, a los ciudadanos que sólo tienen una pequeña parte en el poder político;
- Es preciso, sobre todo, guardarse mucho de despreciar la moderación y la mesura en todas las cosas. Muchas instituciones que en apariencia son democráticas son precisamente las que arruinan la democracia; y muchas instituciones que parecen oligárquicas destruyen la oligarquía.
- Es imperante acomodar la educación al principio mismo de la constitución. porque es preciso tener entendido que si un solo ciudadano vive en la indisciplina, el Estado mismo participa de este desorden. Una educación enseña a poder vivir bajo un gobierno oligárquico o bajo un gobierno democrático.
Las causas más frecuentes de trastorno y de conservación en la monarquía.
- El reinado se aproxima a la aristocracia, y la tiranía se compone de los elementos de la oligarquía extrema y de la demagogia, así que para los súbditos es el más funesto de los sistemas, porque está formado de dos malos gobiernos y reúne las faltas y los vicios de ambos.
- El reinado se establece por las clases altas, a las cuales está obligado a defender contra el pueblo, y el rey sale del seno mismo de estas clases elevadas.
- El tirano, por el contrario, sale del pueblo y de las masas para ponerse enfrente de los ciudadanos poderosos, de cuya opresión está obligado a defender al pueblo.
- La usurpación ha sido cosa fácil para todos los tiranos, pues les ha bastado querer para serlo, a causa de poseer con antelación el poder real o el que proporciona una alta consideración.
- El rey tiene la misión especial de velar por que los que poseen no experimenten daño alguno en su fortuna, ni el pueblo ningún ultraje en su honor. El tirano, no tiene en cuenta los intereses comunes y sí sólo el suyo personal.
- La tiranía tiene todos los inconvenientes de la democracia y de la oligarquía.
- Como ésta, sólo piensa en la riqueza, que es la única que verdaderamente puede garantirle la felicidad de su guardia y los placeres del lujo.
- Desconfía de las masas y les arranca el derecho de llevar armas.
Adopta de la democracia el sistema de guerra continua contra los ciudadanos poderosos porque sabe bien que de las filas de las clases altas han de salir las conspiraciones contra ella.
Las causas de las revoluciones son las mismas en las monarquías que en las repúblicas:
- La injusticia,
- El miedo,
- El desprecio
- El insulto
Las conspiraciones se dirigen contra la persona que ocupa el poder y el poder mismo. El sentimiento producido por un insulto arrastra, el resentimiento, la cólera producida por los malos tratos de que uno ha sido personalmente objeto.
Las conspiraciones por deseos de gloria no desconocen como móviles ni el afán de inmensas riquezas, ni el ansia de los honores supremos que goza el tirano, y que tantas veces son ocasión de que se conspire contra él.
La tiranía puede ser derrocada, por un ataque exterior que venga de un Estado más poderoso que ella y constituido bajo un principio completamente opuesto, así como cuando la insurrección procede de los mismos de quienes ella se vale.
Para evitar lo anterior los estados monárquicos deben ser moderados. Cuanto menos extensas son sus atribuciones soberanas, tanta más probabilidad tiene de mantenerse en toda su integridad.
Por lo que hace a las tiranías, se sostienen de dos maneras:
- Reprimir toda superioridad que en torno suyo se levante;
- Prohibir todas las asociaciones;
- Ahogar la instrucción y la cultura;
- Poner obstáculos a los pasatiempos y a todas las reuniones que proporcionan distracción al público,
- Mantener a los súbditos en anonimato
- Saber los menores movimientos de los ciudadanos,
- Tener espías
- Irritar al pueblo contra las clases altas,
- Rechazar la libertad
En resumen, para evitar ser derrocada debe:
- Abatir la moral de los súbditos,
- Hacer desconfiar a los ciudadanos respecto de otros,
- Debilitarles en número.
- Tal es, pues, el primer método de conservación para las tiranías.
- El tirano no debe ser inaccesible, y permitir entrevistas con sus súbditos inspirando respeto.
- Debe guardarse mucho de insultar a la juventud de uno u otro sexo.
- Si gusta del placer, que no se entregue a él.
- Es preciso que embellezca la ciudad como si fuera administrador de ella y no su dueño.
- Dar pruebas de una piedad ejemplar.
- es preciso colmar a los ciudadanos ejemplares con honores,
- No debe permitirse nunca ultraje de ningún género, evitando: poner la mano en alguien, e insultar a la juventud.
- Guardar cuidado de los hombres que creen haber sido insultados o que lo han sido las personas de su cariño.
Finalmente critica la teoría de las revoluciones propuesta por Platón:
Nos dice que no fija ninguna causa especial de las mismas en la república perfecta, en el gobierno modelo.
Las revoluciones proceden de que nada en este mundo puede subsistir eternamente, y que todo debe mudar pasado cierto tiempo.
No está de acuerdo con las formas de revolución que transforman el sistema político desde la aristocracia a la timocracia, de ahí a la democracia, a la oligarquía y la tiranía, ya que esto puede desarrollarse de distintas formas dinámicas, intercalándose un modelo con otro.